lunes, 12 de julio de 2010
Otro mas
Correrías entre la selva. Persiguiéndola. Observo su cabellera volando entre los insectos. Miles de insectos en este loco hedor primaveral. En frenética danza sexual, revoloteando, reproduciéndose, todo a mi alrededor. El sonido es increíble, miles de zumbidos distintos, una especie de babel zumbante. Sinfonía de llamados para la misma cosa. Reproducirse. En medio de la lujuria furiosa escucho mis pasos acelerados y los suyos. La veo corriendo entre los insectos. Los respiro. Los zumbidos proceden también de mis entrañas. Mis lagrimales están llenos de esporas y huevecillos. El polen invade mis fosas, mi boca esta llena de libélulas en orgía desesperada. Obscurece. Ella no se detiene, y aunque mis ojos han dejado de ver, puedo perseguir su aroma. Me llama su perfume, me invita a seguirla en la selva y juntos fundirnos. Ciego, no me doy cuenta de que hemos llegado hasta que la siento entre mis brazos. Comunión compartida entre miles de seres a través de nosotros dos. Las luciérnagas nos rodean, percibo su luz, pero no por mis orbitas, hay algo mas que las percibe. Están dentro de mi. Dentro de ella. La luz es emanada también de nuestro interior. Nos fundimos en ella. El ruido cesa. La luz se debilita y recupero lentamente mis sentidos. No se donde estoy, pero no parece mas la selva. Estoy en su guarida. Un nuevo sentimiento empieza a surgir. Pudor. Veo mi cuerpo y estoy solo. Solo. A donde ha ido?
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