Hoy en el transcurso de mi día, plagado de blogs y twitts y links y streams, veía un video en -Everything is Terrible- en el que se mofaban del inicio del Internet, editado de un video promocional sacado al aire a mediados de los noventas.
Lo que me puso a pensar fue el título del video: “The Internet is old.”
Mas allá de que la idea del video fuera satirizar la supuesta facilidad de manejar el Internet en sus comienzos a través de Linux, y como para checar el pronóstico climático había que usar lenguajes de programación, lo que me quedó grabado con certeza fue saber lo joven que es Internet como lo conocemos.
Los programas en línea que usamos hoy en día, en su mayoría no tendrán mas de 5 o 10 años de haber sido creados en ambientes de investigación tecnológica. Todos los días, millones de usuarios estamos manejando lenguajes novedosos. Sin duda es emocionante tener estas herramientas a la mano, a pesar de que todos ignoramos absolutamente hacia donde lleva esta súper carretera de información pulsante y creciente a ritmos meta-humanos.
Creo que si aplicáramos una de las teorías que Manuel de Landa a menudo expone, (favor de revisarlo en Youtube), en la que sugiere que todo avance de la civilización es cíclico y revolucionario, es decir, basado en antiguas síntesis que a su vez vienen de otras siglos atrás y así hasta los conocimiento primigenios, entonces habría que pensar de esta revolución tecnológica como una versión moderna de algún otro suceso previo.
Creo que dada la multiplicidad natural y rizomática de todo el quehacer consciente, el presente actual tiene símiles en muchos puntos de la historia, pero hay uno que quisiera subrayar, pues por eso escribo esto hoy. Nomás pues.
En los 60’s existió una revolución que sacudió los cimientos mundiales: La revolución sexual, insuflada o propulsada o coludida con los movimientos estudiantiles, musicales y la experimentación con drogas psicodélicas.
Fue una época de derribar tabúes y limitantes sociales, pues había también un grupo de intelectuales y poetas rebeldes que estaban haciendo muy buenas preguntas, y gran parte de la juventud detrás estaba dispuesta a averiguar las respuestas.
Creo que paralelismos entre esta y aquella época, existen en el sentido de que no sabemos absolutamente hacia donde vamos con todo este nuevo conocimiento y potencial recién descubierto. Nos sentimos en la punta de lanza de toda la humanidad y creemos que lo que hoy hagamos beneficiará directamente a nuestros sucesores.
Si revisamos que pasó con la revolución hippie, encontraremos que efectivamente derribaron tabúes, pero que también buscaron de más, y eso les salió caro en algunos casos. Las secuelas por los abusos con las drogas, los hogares deshechos por la falta de valores familiares y las enfermedades de transmisión sexual fueron algunos de estos resultados que nos vinieron a recordar que existen algunos convenios sociales, que han estado ahí mucho antes del capitalismo o incluso de la imposición religiosa.
Creo que con Internet estaremos a pocos años de descubrir que a pesar de todas las bondades de la información omnipresente, vasta y múltiple, se debe tener algún tipo de límite, tal vez impuesto a nivel individual, pero sin duda, un límite que mantenga este mundo virtual en su lugar. En el ordenador.
Creo que abusar de la existencia virtual y las conexiones en tiempo real puede tener repercusiones serias que afecten a la personalidad a escalas sociales importantes.
Los primeros síntomas se están viendo en Corea del Sur, Japón, y otros países asiáticos de primer mundo, para los cuales la existencia virtual significó un desahogo inmenso de presiones sociales generadas en principio por la mala adaptación de su cultura ancestral a la modernidad capitalista.
Pero ese es otro tema y también nos incumbe.
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Movimientos musicantiles...¿?...me latió la analogía hippie y el cuestionamiento de las posibles inclemencias de la red.
ResponderEliminarFue de un hacker que escuchamos la única refutación al argumento en el que la editora de la revista más influyente de izquierda sintetiza la situación para posibles cambios sociales hoy: "Can a left intellectual project hope to thrive in the absence of a political movement?" (Susan Watkins "Shifting sands", New Left Review 61, January-February 2010). Nuestro camarada hacker en cuestión, afirma que existe un significativo movimiento político de oposición; es posible que la escala de éste sea sólo visible a través de el internet.
ResponderEliminarUn movimiento social? Nada nuevo. La escala? Tal vez.