lunes, 27 de diciembre de 2010

Nuevos Nómadas

La arquitectura en su aspecto vinculado a la forma en que se desenvuelve el humano en su aspecto básico, cubriendo necesidades diarias, (cagar, comer y dormir) sigue estando en una etapa gestal.
Desde el umbral de la humanidad, nos hemos visto en la necesidad de crear un espacio alrededor del cual podamos llevar a cabo esas actividades de forma idónea.
Las limitantes han ido variando, conforme a la disponibilidad de tecnología.
En tiempos modernos, muchas soluciones y respuestas han sido implementadas al entorno del hogar, sin embargo varias permanecen inalteradas, o sujetas a necesidades de otras tecnologías.
En el campo espacial, algunas de las limitantes tienen forma de muros, techos y pisos rectos, resultado ineludible de la facilidad y economía con la que se producen.
Con la globalización del conocimiento y la especialización, nuevas preguntas emergen a cada momento, a menudo acompañadas de respuestas en la forma de inventos.
Algunas de las corrientes que emergen, a raíz de esta intensa materialización de ideas, tienden a sugerir que algunos de los elementos actuales del habitar humano, bien podrían retomar actitudes, o procesos, menos dañinos de épocas pasadas; invitando a revisar desde varios ángulos que elementos del espacio habitacional de aquellas épocas podrían volver a ser insertados en una época actual, reforzados por tecnologías amigables, actualizando el potencial del sistema original.
Creo que hace mucho tiempo, las poblaciones nómadas interactuaban con la naturaleza obteniendo diversos beneficios: la abundancia de especies, la rotación de cultivos, el bajo impacto ecológico y una dieta diversificada.
En algún momento, la casa rodante o camper, vino a ofrecer una visión americanizada de esta posibilidad en tiempos actuales, pero llena de defectos y por lo tanto, lejana a los beneficios originales de esta práctica.
Un espacio de habitat, funcional bajo diferentes sistemas sociales, de materiales económicos y duraderos, que permita el movimiento e incluya tecnologías actuales podría ser una válvula de escape mas al problema de las ciudades y la sobrepoblación.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Utopía y caos

Entre los mocos y la tos, poco tiempo me queda para respirar y organizar frases de elocuencia y elegancia. El tiempo parece haber discurrido entre horas de velocidad extraordinaria dedicadas al trabajo, y un par de horas bien dispuestas de esparcimiento, que últimamente, por raro que parezca estan siendo gastadas en starcraft e Internet.
En sí, la vida parece estar repleta de experiencias llevaderas y de suma importancia, pues la edad lo permite, sin embargo, los distractores también han hecho gala de su atractivo y gozan de bastante atención. Digase, varios blogs gabachos.
La ciudad, por primera vez se deja ser observada desde arriba como parte de una rutina diaria. Acostumbro a salir dos o tres veces por día a la terraza del edificio, en pleno insurgentes y darme una buena visual de 200 grados de la ciudad de México.
Los tacos de la planta baja todavía no se cuelan a la rutina, por alguna razón, los sigo evitando, me parece que tal vez sea el instinto de supervivencia.
Las sesiones de ciclísimo a las 8:50 de la mañana me provocaron una gripa de su puta madre, pero valen la pena con tal de demostrarle a los conductores que se la siguen pelando en cuestiones de eficiencia.
No soy un fan del ciclismo, incluso, soy bastante moroso a la hora de opinar. Lo que si tengo que aceptar es que andarle dando a la bici, con estilo, a altas velocidades y buen timing, es muy atrayente. 4 Meses después de haber inaugurado mi nuevo cuadro, y de haberle dado su estrenón, me siento todo un atleta de las calles, dispuesto a rifarme por una buena carrera.
Nunca consideré la opción de dejar la lectura en pos de un nuevo placer. Sin embargo, he de decir que la bicicleta me volvió permisivo. He dejado de leer a Gibson con tal de llegar bien pedaleado a base de adrenalina metrobusera de camino a productora. A pesar de que mi estado introspectivo se vea afectado. Las ideas no dejan de fluir, pero hay menos tiempo de masticarlas. Cuando camino en dos patas siempre esta la posibilidad de hacerlo a un ritmo automático, y perderme en los pensamientos, mientras que arriba de la bici fantasma estoy obligado a concentrarme en el posible final, y de paso en llegar a tiempo al trabajo.
Estoy viviendo una de las mejores etapas.
La bici también.
El distrito aussi.
La historia tranquilamente podría referirse a esta época como útópica, caótica y plena.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Night Jelly

Un pie delante del otro, en constante negación de independencia, obedeciendo a ritmos ajenos a la comodidad y mal vistos a estas horas de la noche. Doblé la esquina de José Martí y me enfilé media cuadra sobre revolución hacia el sur, con la sana intención de llegar a mi casa y demostrarme de esta manera que soy capaz de negarme a la fiesta.
Resultó relativamente fácil pues la “fiesta” más bien consistía en una reunión de desempleados del tipo malabaristas en casa de unas muy cuestionables amistades.
Con el cuerpo enjuto y encorvado, presionando la bufanda con la quijada, al levantar la vista, cerca ya de la entrada del edificio, distinguí detrás de las luces de una marquesina un cuerpo moviéndose a mi mismo ritmo en dirección opuesta a mi.
No solo compartíamos velocidad, sino complexión, postura y ritmo de zancada.
Me detuve casi inevitablemente, como asustado por mi propio reflejo y casi sentí alivio al confirmar mis sospechas. El personaje frente a mi se detuvo en exactamente el mismo instante.
Tal vez fueron un par de segundos, tal vez una hora, o pudo haber sido toda una existencia paralela, en que mis ojos observaban a su observador, tratando de atisbar alguna diferencia que nos regresara al mundo de lo comprensible.
Simples 20 metros de distancia. 2 seres ajenos a la noche, tratando de caminar en sentido contrario, asustados de lanzar el primer paso, por miedo a que el otro haga exactamente lo mismo.
Decidí sentarme. Saqué mi libreta digital.
Estoy escribiendo esto, y creo que el también.
Habrá que ver si estamos teniendo las mismas faltas de ortografía.

martes, 30 de noviembre de 2010

Sueños como señuelos

Un lienzo en blanco para escribir, para plasmar una parte de la realidad inmisericorde que me acongoja y me nutre.
Ayer pensaba que tal vez no he nacido para esta época, siempre habituado a hacer lo “correcto”, sin limitaciones, con algunas travesuras para desahogar, las papitas robadas del oxxo, la visita ocasional a la página porno, etc.
Muy diferente en apariencia al camino que creí trazado en el Sur, cuando me dije a mi mismo que una depuración del ser era inminente, la única dirección posible hacia la madurez y la redención.
Sin embargo, esta época no esta lista para gente con una visión desapegada, sin mayores conflictos y ambiciones; esta vida necesita de gente capaz de mentir, de luchar y manipular para sobrevivir.
No es suficiente con plantar buena cara y dar los buenos días y los saludes a quien estornude. No hay nada asegurado, todo esta sujeto al esfuerzo que uno esté dispuesto a hacer a cambio.
Incluido el amor.
Hoy por la mañana, sin embargo, esta visión cambió.
Poco antes de abrir el ojo, en ese periodo entre alarma y alarma, la llamada duermevela, llegué a una conclusión que si bien parece de lo mas natural, nunca había podido transformar a palabras.
La teoría va algo así: si bien, las pesadillas y sueños que tenemos son el reflejo de una situación interior, una realidad inconsciente; a veces la vida se asemeja a una pesadilla, o a un sueño, y creo que esto también esta sujeto a una serie de factores ulteriores.
Es decir, hay un nivel de existencia que rige a la realidad cotidiana de la misma forma en que nuestra realidad cotidiana rige a los sueños que tenemos.
Sin llegar al pedo inceptionero de un sueño dentro de otro dentro de otro.
Sería algo como Espritiualidad / realidad ulterior – vida cotidiana – sueños.
Alguacil.
De esta forma, creo, la ecuación se abre. Todo lo que uno desea, incluyendo cuestiones materiales y otras mas etéreas, esta sujeto al nivel de importancia que se le dé dentro del ser superior. Antes de ver algo plasmado en la realidad, se tiene que haber soñado. Para soñar con algo, se tiene que haber vivido, es una especie de ciclo, una red.
Las ideas recurrentes tienden a hacerse realidad. En todos los sentidos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Mataría por un buen taco de cochinita.

Algo sencillo de leer. Una historia simple. Unidireccional. Digamos que van 2 sujetos armados a conseguir el mejor taco de cochinita de la historia. Siendo de los bajos mundos, conocían el rumor de un taquero que había sido bendecido por san Toribio con el don de producir los mejores sabores con base en axiote. Este guey además, a través de un chaman maya pudo hacerse de una receta ancestral para preparar la salsa de habanero mas fuerte y sabrosa que haya existido. El caso es que este taquero, siendo fuente de tanto sabor, había sido amenazado varias veces de muerte por sus rivales y tuvo que esconderse. Escogió como destino para su templo de alimentación una caverna entre kohunlich y dzibisxaltun. Se decía que de esa caverna manaban olores tales que habia jaguares resguardándola. Entonces un día llegaron estos compadres. Les costó seis meses dar con la caverna. Llegaron siguiendo el rastro de 2 inmensos jaguares que habían atacado un puesto de cochinita. Después de un largo día llegaron a la cima de un cerro al que habían subido tras haber descubierto unas cacas con residuos de cebolla morada. La primera impresión que tuvieron fue de llegar a un oasis. Pero en vez de palmeras y aroma de dátiles encontraron ceibas y chacás y un penetrante aroma a axiote y habanero que surgía de una columna de humo en el siguiente valle, saliendo de entre la selva. También notaron que no estaban a salvo. Había un enorme jaguar apostado en unas piedras a unos 200 metros al oeste. Estaba atardeciendo y solo se veía su majestuosa figura recortada sobre la roca. Tal vez fuera uno de los asesinos del puesto de cochinita, platicaban los compadres, mientras acariciaban preocupados sus grandes panzas al descubierto. Siendo pronta la llegada de la noche, los 2 optaron por sacar sus hachas ceremoniales, sus platos sagrados y el mantel mágico y salieron a encontrar la boca de la caverna. Llevaban un par de horas caminando en sigilo cuando al atravesar una senda les salió al paso un otorongo. Un jaguar de proporciones desmesuradas, con manchas en forma de ojos viperinos y orejas puntiagudas y largas, similares a los gatos de las nieves, un depredador oriundo de las zonas mas recónditas de la amazonia peruana. Era increíble pensar que hubiera recorrido miles de kilómetros hasta ese lugar, como si supiera también la historia de la cochinita sagrada. Ambos compadres se quedaron helados, con sus hachas prestas para lo que sería una inútil resistencia, y adoptaron la posición de combate de la monumental del América: manos arriba y abiertas al estilo del gran ave y con una pierna levantada. El majestuoso otorongo los observó un instante que pareciera una eternidad y atacó. Mató al primer compadre al instante de un zarpazo. El segundo tardó otros 10 segundos en caer.

martes, 28 de septiembre de 2010

En el vaticano con Gaby

Hoy me encuentro protagonista de cierto encuentro onírico de Gabriela con el Papa. Algún Papa. Comprando víveres para acampar. Supongo que con destino a un lugar meritorio de tener a semejante personaje eclesiástico optando por la practicidad (sin habitos ni rutinas papales (me quiero imaginar un bosque con playa y cavernas con lagos.)).
Esto solo me pone a pensar en la posibilidad del subconsciente ajeno. Si tomo el mío como ejemplo, no puedo siquiera hacerme una idea la cantidad y calidad de situaciones en las que mi versión imaginada debe aparecer, si hasta al taquero de la noche trato de dejarle una impresión duradera.
La cuestión esta en aprovecharse de los detalles para soltar la dentellada.
La oportunidad se cierne ahí donde el rival trastabilla, solo se trata de saber foulear.
El vuelo del ornitóptero sucedió hoy. Da Vinci en sus noches de inspiración, soñaba, fantaseaba, con superar la imposibilidad de volar como un ave.
Hoy, Da Vinci ha recibido el mejor reconocimiento que se le podía otorgar, muy superior al libro mamón de Dan Brown.
Estamos logrando sueños muy anteriores a nuestra época, buscando metas muy distintas a las de los genios que las imaginaron.
Hoy, estamos imaginando: mas allá de nuestras posibilidades, sin tener metas concebidas, sin un ideal que nos invite a imaginar, meramente porque somos humanos deficientes y perecederos, ansiosos por dejar un legado.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ave nocturna.

En aquel atardecer, rumbo adivinado, sorpresa contenida.

Un vuelo rasante, lejano, más cercano al mito que a la experiencia.

Por las tardes, regresando de la montaña te empiezo a conocer.

Eres tú la nocturna. Elegante reina de los días viviendo un exilio escogido

Aprendo de ti. Trato de estar cerca de ti y los días empiezan a menguar.

La obscuridad a veces ya no me resulta tan hostil.

Por el valle reconozco tu sonido, me identifico con tus victimas.

Me convierto en testigo de tu arte. Predadora tenaz.

Al cobijo de la noche, con una seguridad envidiable.

Medito por meses, en busca de un nombre para lo nuestro.

Me decido por lo abstracto, desconocido para mi, propio de tu reino.

Salgo a cazar.

Recuerdos borrosos, lagunas entre sueños, en los que corriendo,

Sabiéndome observado por tus ojos perfectos, me convierto en lo que fui.

En lo que soy, lo que seré.

Entre águilas me muevo. En círculos. Alrededor del cráter. Aire. Aire. Aire.

jueves, 5 de agosto de 2010

Palabrota

Cuenta una historia antigua, del país del desierto sin final, que un día un poeta harapiento llegó desde los confines del reino a leer al sheik la palabra absoluta, un conjunto de sílabas que unidas de cierta manera contendrían toda la verdad del mundo. Una sola palabra para nombrar el conjunto infinito de seres, formas o colores, una palabra fuera del lenguaje, fuera del tiempo.
Los preparativos duraron una semana y desde las ciudades vecinas vinieron los nobles de la casta guerrera, con las mujeres más respetables del reino, a escuchar la palabra que habría de contener la totalidad de la existencia.
El poeta, un tipo de mirada vacía y andar torpe llegó ayudado por 2 guardias a las escaleras de piedra, ante las cuales estaban sentados todos los nobles, mirones, guardias y hasta un par de brujos, temerosos de las consecuencias de lo que fuera a decir el extraño del que tanto se hablaba.

El poeta, alisó las ropas, desacostumbrado a semejantes ornamentos, carraspeó un poco e inhaló profundamente, como si en ello se le fuera la vida. Luego, sin mayor preámbulo gritó la palabra.
Fue un grito corto y agudo, que resonó en los oídos de los nobles por algunos instantes. El salón empezó a llenarse de murmullos, y el sheik se levantó de inmediato.
Al día siguiente al salir el sol, el poeta era colgado en la plaza central.

lunes, 12 de julio de 2010

Otro mas

Correrías entre la selva. Persiguiéndola. Observo su cabellera volando entre los insectos. Miles de insectos en este loco hedor primaveral. En frenética danza sexual, revoloteando, reproduciéndose, todo a mi alrededor. El sonido es increíble, miles de zumbidos distintos, una especie de babel zumbante. Sinfonía de llamados para la misma cosa. Reproducirse. En medio de la lujuria furiosa escucho mis pasos acelerados y los suyos. La veo corriendo entre los insectos. Los respiro. Los zumbidos proceden también de mis entrañas. Mis lagrimales están llenos de esporas y huevecillos. El polen invade mis fosas, mi boca esta llena de libélulas en orgía desesperada. Obscurece. Ella no se detiene, y aunque mis ojos han dejado de ver, puedo perseguir su aroma. Me llama su perfume, me invita a seguirla en la selva y juntos fundirnos. Ciego, no me doy cuenta de que hemos llegado hasta que la siento entre mis brazos. Comunión compartida entre miles de seres a través de nosotros dos. Las luciérnagas nos rodean, percibo su luz, pero no por mis orbitas, hay algo mas que las percibe. Están dentro de mi. Dentro de ella. La luz es emanada también de nuestro interior. Nos fundimos en ella. El ruido cesa. La luz se debilita y recupero lentamente mis sentidos. No se donde estoy, pero no parece mas la selva. Estoy en su guarida. Un nuevo sentimiento empieza a surgir. Pudor. Veo mi cuerpo y estoy solo. Solo. A donde ha ido?

jueves, 10 de junio de 2010

Breve cuento.

Las rodillas acostumbradas al dolor parecen haber decidido dejarme tranquilo por el resto de la velada. De frente al altar, custodiando mis armas espero por la primera luz del sol que me permita irme a descansar. Hace horas he olvidado el temor. Ahora solo pienso en el día que me espera dentro de unas horas, cuando haya de batirme a muerte otra vez en el nombre de un Rey que ni siquiera conozco, peleando junto a mis hombres por un montón de piedras que han cambiado de manos tantas veces en el transcurso de los años que ya no se sabe a quien pertenecieron primero. Una ciudad maldita es esta. Construida sobre fosas repletas de guerreros y mercenarios, con templos erigidos sobre las ruinas de otros, un reino de creencias que pasan de estar prohibidas a ser obligatorias en el transcurso de una batalla. Los únicos que soportan permanecer en este maldito lugar son aquellos que obedecen y prefieren traicionar todo lo que son y postrarse ante el enemigo con tal de no probar el metal. Se que no tiene el menor sentido luchar por una causa errada, sin embargo es el único trabajo que se hacer, y soy bueno en ello. Tanto que mi cabeza tiene precio hace tiempo, y se que llegará el día en que me enfrente a aquel que haya de cobrar la recompensa, aun así, prefiero pensar que su verdadero premio será si logra salir con vida para disfrutar del oro.
Finalmente empieza a clarear, y la silueta de la muralla empieza a distinguirse recortada por la luz del horizonte. El primer rayo de sol que entra se torna color rojo al atravesar el vitral mientras se acerca a mí iluminando el muro a mi derecha. Al bajar la luz lentamente se posa sobre un espejo cóncavo, colocado a propósito, que enciende toda la habitación de rojo. Después de la oscuridad cerrada de la noche sin luna, me deslumbro por un momento y al cerrar los ojos noto que el color escarlata permanece dentro de mi. Me invade una sensación conocida, un pensamiento recurrente, de que todos somos un cáliz de sangre, que lucha por salir de este cuerpo presionada por el corazón, y que bastará de un buen tajo para que el líquido regrese a la tierra salpicando y manchando todo en su camino. Por eso es que al estar de frente al peligro el corazón late mas aprisa, para que al menor rasguño la sangre pueda abrirse paso y regresar al lugar de donde vino. Con los ojos cerrados me concentro en el sonido de mi corazón, y alcanzo apenas a escuchar el susurro de pisadas amortiguadas en la piedra. Me pongo de pie velozmente cuando distingo el sonido de la puerta girando en sus goznes. Sin darme cuenta he desenfundando la daga y la mantengo en tensión sobre mi cabeza, lista para romper el costal de sangre que venga entrando por esa puerta. Apenas cruza este pensamiento por mi cabeza y la daga ya va silbando a medio camino. Escucho el crujido del hueso cuando abre paso al acero y veo al intruso caer de espaldas en silencio. Me vuelvo a mi izquierda y retiro el velo que envuelve mi alabarda al tiempo que retomo mi posición de ataque. Apenas unos 5 metros me separan de un tipo barbón con pechera y casco abierto, que por algún motivo no parece muy seguro de si mismo, y detrás de el puedo ver la cara chata de un asiático que apenas roza la adultez y blande exageradamente una maza. Empiezo a girar lentamente a mi derecha mientras le pregunto el motivo de su visita al tipo de la armadura. Parece algo confundido de oírme hablando en su idioma. Lo dejo responder dos palabras antes de lanzarme por su cuello… Ahora me separan 8 metros del asiático, que corre hacia la puerta encorvado. Lo dejo hacer…
El cuarto iluminado del rojo reflejado en la sangre, rodeado de pinturas con santos olvidados y cruces que han sido forjadas con las armas de otras guerras. Vaya forma de terminar la noche. Camino sobre el charco que todavía brota de su anterior dueño y salgo hacia la escalera, buscando algo para desayunar.

martes, 1 de junio de 2010

Que nos depara internet? Nada nuevo...

Hoy en el transcurso de mi día, plagado de blogs y twitts y links y streams, veía un video en -Everything is Terrible- en el que se mofaban del inicio del Internet, editado de un video promocional sacado al aire a mediados de los noventas.
Lo que me puso a pensar fue el título del video: “The Internet is old.”
Mas allá de que la idea del video fuera satirizar la supuesta facilidad de manejar el Internet en sus comienzos a través de Linux, y como para checar el pronóstico climático había que usar lenguajes de programación, lo que me quedó grabado con certeza fue saber lo joven que es Internet como lo conocemos.
Los programas en línea que usamos hoy en día, en su mayoría no tendrán mas de 5 o 10 años de haber sido creados en ambientes de investigación tecnológica. Todos los días, millones de usuarios estamos manejando lenguajes novedosos. Sin duda es emocionante tener estas herramientas a la mano, a pesar de que todos ignoramos absolutamente hacia donde lleva esta súper carretera de información pulsante y creciente a ritmos meta-humanos.
Creo que si aplicáramos una de las teorías que Manuel de Landa a menudo expone, (favor de revisarlo en Youtube), en la que sugiere que todo avance de la civilización es cíclico y revolucionario, es decir, basado en antiguas síntesis que a su vez vienen de otras siglos atrás y así hasta los conocimiento primigenios, entonces habría que pensar de esta revolución tecnológica como una versión moderna de algún otro suceso previo.
Creo que dada la multiplicidad natural y rizomática de todo el quehacer consciente, el presente actual tiene símiles en muchos puntos de la historia, pero hay uno que quisiera subrayar, pues por eso escribo esto hoy. Nomás pues.
En los 60’s existió una revolución que sacudió los cimientos mundiales: La revolución sexual, insuflada o propulsada o coludida con los movimientos estudiantiles, musicales y la experimentación con drogas psicodélicas.
Fue una época de derribar tabúes y limitantes sociales, pues había también un grupo de intelectuales y poetas rebeldes que estaban haciendo muy buenas preguntas, y gran parte de la juventud detrás estaba dispuesta a averiguar las respuestas.
Creo que paralelismos entre esta y aquella época, existen en el sentido de que no sabemos absolutamente hacia donde vamos con todo este nuevo conocimiento y potencial recién descubierto. Nos sentimos en la punta de lanza de toda la humanidad y creemos que lo que hoy hagamos beneficiará directamente a nuestros sucesores.
Si revisamos que pasó con la revolución hippie, encontraremos que efectivamente derribaron tabúes, pero que también buscaron de más, y eso les salió caro en algunos casos. Las secuelas por los abusos con las drogas, los hogares deshechos por la falta de valores familiares y las enfermedades de transmisión sexual fueron algunos de estos resultados que nos vinieron a recordar que existen algunos convenios sociales, que han estado ahí mucho antes del capitalismo o incluso de la imposición religiosa.
Creo que con Internet estaremos a pocos años de descubrir que a pesar de todas las bondades de la información omnipresente, vasta y múltiple, se debe tener algún tipo de límite, tal vez impuesto a nivel individual, pero sin duda, un límite que mantenga este mundo virtual en su lugar. En el ordenador.
Creo que abusar de la existencia virtual y las conexiones en tiempo real puede tener repercusiones serias que afecten a la personalidad a escalas sociales importantes.
Los primeros síntomas se están viendo en Corea del Sur, Japón, y otros países asiáticos de primer mundo, para los cuales la existencia virtual significó un desahogo inmenso de presiones sociales generadas en principio por la mala adaptación de su cultura ancestral a la modernidad capitalista.
Pero ese es otro tema y también nos incumbe.

lunes, 31 de mayo de 2010

Otra de jamón.

Continúan mis días en la ciudad de México. Escribo desde la cama, escuchando un poco de música a través del ordenador. Estoy lejos de aquellos escritores que solo escuchaban sus propios pensamientos a la luz de las velas. Era otro arte aquel, con una libertad de creación vasta. Hoy pienso que la escritura se nos presenta solamente como la acumulación de influencias externas y la correcta manera de plasmarlas en un orden comprensible, menos azaroso y humano. Concibo la naturaleza como la armonía caótica de elementos de variables infinitas. Entonces porqué la escritura tendría que ser lineal? Porque tendría que ser comprensible e incluso tener un mensaje. El cubo de mármol pulido observado desde el punto de vista natural es una aberración concebida solo por mentes que luchan por la artificialidad. La piedra, con betas, con salientes, con grietas, esa es la imagen de la naturaleza mas pura. De la verdad original. La aparente imperfección -para la mente imperfecta- a menudo esconde toda la belleza que jamás podremos representar en nuestros medios artificiales. Una belleza lograda por siglos de ininterrumpida intervención, de persistencia, de roces con agua, con viento, con tierra.
En ese sentido, una escritura racional, continua, limpia y con cualidades estéticas no es mas que tratar de disfrazar lo caótico de la mente humana, lo aparentemente azarozo pero que esconde un orden natural. Es tratar de volver finito lo infinito, volver mesurable lo divino, volver temporal lo eterno. Si, finalmente lo entiendo. La sucesión de pensamientos sin aparente sentido esconde la verdadera sensibilidad humana que escapa a la razón y a lo mesurable. Dejemos sin pulir el mármol, dejemos las vetas en su estado natural, para que continúen creciendo. Dejemos los árboles sin podar, y nuestros cabellos crecer, dejemos que los animales corran otra vez y que la mente vuele libre.
Volvamos a volar. Volvamos a sorprendernos, y que al escribirlo plasmemos la realidad que hemos vuelto a descubrir, lejos de las metas, lejos de las segundas intenciones, pero cerca del magma. Cerca del ser. Cerca de lo real e “imperfecto”.

Visiones Demoníacas, 2 para empezar.

En zafarrancho lisérgico en un camión en costa rica. Sintiendo el polvo en los pulmones, navegando por un extraño rumbo bañado por la luz ocre del atardecer caribeño. Entre montañas que cubren el horizonte, y que al ser rebasadas por el bus dejan ver muchas mas detrás. Es un inmenso mar con olas de matorrales empolvados. Las cercas de púas son sostenidas por troncos que han echado raíces, y de los muñones empiezan a escupir ramas en todas direcciones, con formas antinaturales. Estas formas, llenas de tumores y cicatrices al ser dibujadas por las sombras que proyectan me recuerdan grotescas caras de mil formas distintas, con 10 ojos pero sin boca, o con 7 bocas y 2 narices, todas expresivas, ninguna equilibrada. Azorado observo este recorrido de monstruosidades arbóreas. Me empiezo a preguntar si mi estado propensa esta suerte de hipersensibilidad visual. Sin duda estoy en lo correcto. Volteo la vista hacia mis adentros, pero lo que encuentro ahí es aun peor. Miles de estructuras fractaloides que crecen a ritmos trepidantes, lo único que me queda es volver la vista al camino, pero al hacerlo me encuentro con una visión que me estremecerá muchos años después. Sobre el camino a lo lejos se observan 2 figuras en forcejeo que no alcanzo a adivinar inmediatamente. Al acercarnos puedo distinguirlo. Un niño que llora desesperado sosteniendo la rienda de una cabra enorme que lucha por liberarse. El niño tiene los ojos cerrados y esta lleno de polvo, sufriendo, y la cabra me mira fijamente a los ojos mientras suelta un grito inaudible pero ensordecedor. Me estremezco. Prefiero no comentárselo a mis camaradas. Eso solo lo pude haber visto yo.

Me despierto borracho. Me meto a la regadera. El agua caliente se acaba a los 2 minutos. No siento el agua fría. Solo un vago recuerdo de la noche anterior. Me duelen los huesos. Salgo tambaleándome. Mi cuarto es un desastre. Botellas en la cama. Nacho tirado en un catre me saluda. Voy tarde al trabajo. Me visto como puedo y me despido. Risas demenciales al tratar de recordar alguna anécdota. Tomo el ipod y pongo tool a todo volumen. No escucho la música. El sol pega fuerte pero no alcanzo a notarlo.
Salgo corriendo a la calle. Por teléfono me preguntan donde estoy y cuando voy a llegar. No pasan taxis. Tiemblo. Entro a una tienda y compro medio litro de jugo de naranja “natural”. Lo engullo en 10 segundos. Vuelvo a salir. Se detiene un taxi. Me quiere cobrar 200 pesos por ir al trabajo. Lo mando al demonio. Prefiero esperar y recibir un regaño a regalarle mi dinero a un abusador.
De repente lo veo venir directamente, un taxi. Le hago la señal y se detiene. Le pregunto el precio y me dice 70 pesos. No lo pienso y me subo. Estoy por preguntarle si tiene cambio de 500 cuando volteo a verle la cara. No hay tal. Solo existe un muñón con ojos. Una cicatriz parlante. No existen palabras para describir esa cara. Pareciera como si su cara hubiera sido arrancada de tajo con un cepillo de alambre y después hubiera sido cauterizada con sosa cáustica. El taxista percibe mi endeble situación y procura llevarme con delicadeza. Deambulo entre territorios inauditos. Llego a mi trabajo y la borrachera empieza a ceder.

viernes, 28 de mayo de 2010

Sobre la Elegancia y el Buen gusto.

Para ser elegante al grado de rozar la decadencia, sin caer en ella, y poder gozar de una excentricidad festejada, he aquí una serie de consejos.
Primero, se debe tener una total falta de respeto por los horarios establecidos. Para aquel con un sentido estético depurado, cualquier hora es mas que adecuada para servirse un trago, fumarse un habano y por supuesto, tener sexo indiscriminado.
Es menester del persecutor de la elegancia poder disfrutar de una sesión de desenfreno sexual sin el menor reparo hacia lo socialmente aceptado, pues la obtención y profanación del objeto de deseo, no es sino una constante en aquellos versados en las artes del placer y hedonistas consumados.
La elegancia a menudo se presenta cerca del dinero, pero en tiempos del uber-capitalismo, ser rico ya no es algo raro ni exclusivo. Ahora todo el mundo tiene acceso a los lujos y al entretenimiento burgués. También la ropa cara ha dejado de interesar a y quienes buscan la elegancia. Me atrevo a decir, que las demostraciones de clase mas contundentes que haya presenciado han venido de gente con poco o nada de dinero, casi en situaciones de indigencia, pero con un aplomo y unos gestos que dejarían callado a cualquier socialité neoyorquino. Y justamente menciono a la sociedad de dinero norteamericana, pues ellos fueron los primeros en desvincular la elegancia de la acumulación de bienes. Su clase privilegiada, en un intento desesperado por escapar de todos los clichés a los que estaba sometida, american psychos y brat packs y beverly ricos y príncipes del rap y demás, que se pusieron a buscar una identidad en las calles y afuera de sus academias de piano y poesía inglesa, y finalmente dieron con los restos marchitos del grunge que parecían querer decir mas que guitarrazos y alcoholismo.
No tardaron mucho en darse cuenta de otra infinidad de corrientes que fluyen por la ciudad, pero debajo del radar de los medios elitistas, y así, en bares bohemios y clubes de electrónica se empezó a gestar esta nueva cultura de opulencia desgarbada.
En estos tiempos, demostrar un nivel cultural es lo chic. Demostrar que se ha viajado, demostrar que se ha leído, demostrar habilidad en los enseres del día a día, autosuficiencia, pero sobre todo, y después de haber tenido que demostrar todo lo anterior, mantener el sentido del humor. Esa es la prueba y denotación máxima del elegante de nuestros tiempos. Poder reír a pierna suelta por algún chiste bien sincronizado, y es tan importante el humor en esta nueva escala de valores, pues es un símbolo de humildad. La humildad por extraño que parezca es el epítome de la elegancia. Y he aquí la mayor de las contradicciones del lenguaje, y es contradictoria pues funciona en 2 sentidos igualmente contradictorios. Si la humildad es el símbolo máximo de la elegancia, entonces, la opulencia subraya lo naco.
Esta regla básica me ha hecho reconocer en la gente que me rodea a los nacos y a los elegantes. Y a menudo es sorprendente. Ahí donde todo huele a Zegna, a menudo hay una caca escondida. Ahí donde la gente es amable y los chistes dan risa y luego te ponen a pensar, ahí hay gente que sabe llevarse. Con clase.
No me quiero poner en ninguno de los 2 papeles, pues soy solo un esteta disfrazado de taquero, pero si tuviera que elegir sería el mas opulento de todos, para que con mi naquez pasara por debajo de los radares de las personas elegantes y observadoras y así, llevar mi humildad mas allá de ellos, una humildad disfrazada de mal gusto enjoyado.
Es solo darle un giro mas a la tuerca, pero con todo lo divertido de ser bien pinche naco. Un poco como si un día de estos nos enteráramos que Donald Trump dirige un club de filósofos e intelectuales renacentistas, pero no quería que sus amigos nacos se enteraran, pues tal vez lo dejarían de frecuentar.
O como si Niurka Marcos hubiera empezado bailando danza clásica en una compañía cubana en la época comunista, y manejara una red de contrabando de obras literarias prohibidas por el régimen.

jueves, 27 de mayo de 2010

Y aqui comienza Misterio y Romance para todos.

Como el título que esperaba utilizar para el blog estaba ya apartado, tuve que recurrir a "Misterio y Seducción", aunque me parece mucho mas sugerente el original: "Misterio y Romance."
Hoy empiezo a publicar un breve escrito posmoderno, totalmente detestable, pero que demuestra que tengo dotes líricas para escribir al estilo erudicial de estos días. Dígase cualquier cosa.
Basta decir que pude haber escrito esto en heroína.

Surcando el inframundo, acuartelado en mi impotencia, atisbo el despertar de tus demonios en la lejanía.

El viento resquebraja las hondonadas por donde discurre tu egoísmo, supurantes de dañina sal.

Trato de rasguñar el mármol de tus pómulos, pero todo queda en una grotesca mueca y me descubres como a Nosferatu in crescendo.

Detesto quedarme desarmado tras los sueños que me induces y despertar indefenso a tratar de masticar tus respuestas.

Desnudo entre tus barrotes, solo mis latidos logran superarte, y aunque deseas que mi encierro fuera total, esta vida supera tus posibilidades predatorias.

Tras la infame pureza que destellas al andar, los dientes relamidos escapan de sus cuencos en una pestilente caida nacarada.

El ritmo cansino de esta lluvia contaminada retumba en tus tímpanos vampírezcos, y tu dominio acústico es tal que me acechas tras el ritmo, a la espera del cascabeleo que anunciará mi reptante proximidad e inevitable futuro en tus entrañas.

Estoy dispuesto a digerir tus desechos, como el parásito zen que añora volver al vientre de la hembra original.

Esta escrito. ¿Moraleja? No hace falta. ¿Idea tras los símbolos? Tampoco.

Salud